- Los hábitos digitales de las nuevas generaciones y el apetito del mercado de capitales hacen inevitable la incorporación de la tecnología financiera en la vida cotidiana; e inclusive ya no se trata de una mera estrategia para atraer inversionistas, según EY.
(ITNOW)-. Hasta hace poco, las novedosas monedas virtuales, como las famosas criptomonedas; las novedosas formas de pago vía móvil; la apertura de productos bancarios en línea, eran vistas meramente como temas futuristas de discusión entre empresariales o inversionistas y no accesible a los clientes financieros de Costa Rica y la región.
No obstante, el mundo de las fintech se está acercando cada vez más al mundo ordinario y masificándose a nivel global, pasando de ser exclusivo de aquellos suficientemente privilegiados o de los países del primer mundo, a convertirse en un servicio natural a todos los consumidores incluso aquellos no bancarizados o con dificultades de acceso.
Según explicó Mohammed Akuma, especialista global de fintech en el área de Estrategia y Transacciones de la Firma EY, los mercados de capitales están paulatinamente abriéndole las puertas a la nueva tecnología financiera, causando que acuerdos de fusiones y adquisiciones (fusión de Fintech, compra de Fintech por parte de la banca, inversión en empresas Fintech, entre otros casos) lleguen a topes históricos demostrando así lo trascendental de este cambio en la industria.
“Hay un objetivo muy claro en rediseñar cómo los individuos y empresas consumen productos y servicios financieros. Sin embargo, todavía nos encontramos en una etapa en el proceso donde las negociaciones permanecen más que todo en empresas con una superior estabilidad financiera. Algo que no va a tardar mucho en cambiar, en cuanto el mercado se va volviendo más accesible”, expuso Akuma, durante la feria virtual “El ADN del sector financiero”, organizada por EY.
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Ahora bien, Mohammed Akuma explica que esta transición está acelerándose a ritmos importantes al considerar cómo las nuevas generaciones utilizan servicios financieros.