Trabajadores criticaron duramente la decisión de abandonar el chequeo de datos por terceros, justo antes de un momento político crucial en Estados Unidos. La medida abre el debate sobre los límites entre la libertad de expresión y la responsabilidad corporativa.
La reciente decisión de Meta de eliminar su programa de verificación de hechos por terceros ha generado una ola de críticas internas entre sus empleados, quienes consideran que esta medida podría abrir las puertas a una mayor propagación de desinformación en sus plataformas. El anuncio, realizado por Joel Kaplan, nuevo jefe de asuntos globales de la compañía y exfuncionario de la administración de George W. Bush, llega en un momento políticamente sensible, a tan solo dos semanas de la inauguración del presidente electo Donald Trump.
Kaplan defendió la decisión en una publicación interna, afirmando que la medida permitirá a Meta “regresar a su compromiso fundamental con la libertad de expresión”. Sin embargo, muchos empleados interpretaron el movimiento como una concesión estratégica para ganar favor con la nueva administración. Entre los cambios más significativos también se incluye la incorporación de nuevas figuras al consejo directivo, como Dana White, CEO de la UFC y aliado cercano de Trump, y una donación de un millón de dólares para la ceremonia de inauguración presidencial.
Las reacciones internas no se hicieron esperar. “Estoy extremadamente preocupada por lo que este mensaje transmite: que los hechos ya no importan”, comentó un empleado en el foro interno de la empresa. Otro calificó la decisión como “un triste paso atrás que abdica de nuestra responsabilidad de mantener un espacio seguro y respetuoso”, según reveló CNBC.
Las preocupaciones también se centraron en cómo la ausencia de verificación podría afectar temas sensibles como la inmigración y los derechos de género, que podrían volverse terreno fértil para discursos racistas y transfóbicos. “Estamos entrando en un territorio peligroso que allana el camino para la desinformación”, advirtió otro trabajador.
No obstante, no todos los empleados se opusieron. Algunos celebraron el cambio, argumentando que herramientas como Community Notes, implementadas por X (antes Twitter), han demostrado ser modelos efectivos de verificación impulsados por los propios usuarios. “Es una representación mucho más precisa de la realidad sobre el terreno”, opinó un defensor del nuevo enfoque.
El programa de verificación de hechos de Meta ya había comenzado a desmoronarse. A principios de 2024, la Associated Press había confirmado que su acuerdo con Meta había finalizado el año anterior. Adicionalmente, durante los despidos masivos de 2023, la compañía eliminó un proyecto interno que buscaba fortalecer la colaboración con verificadores externos como Reuters y AP para autenticar información dudosa.
La decisión de Meta reaviva un debate crucial en la era digital: ¿hasta dónde llega la responsabilidad de las plataformas tecnológicas para combatir la desinformación sin comprometer la libertad de expresión?
Comments